El grado de desesperación al que ha llegado la FEMEXFUT es tal, qué ni cuenta se han dado ó nó se quieren dar de qué,al fin,han caído en lo que por años le criticaron a los demás países de la CONCACAF. El fracasado desempeño de la selección mexicana en la actual Hexagonal de clasificación a Brasil 2014,ha dejado en evidencia la verdadera realidad de la más que asquerosa y corrompida Federación de nuestro país. Nefasta,triste y sucia realidad sólo comparable con la realidad de la "benémerita" Federación Salvadoreña de Fútbol. Hasta ése nivel ha caído el fútbol mexicano.
El Editor.-
“Televisa controla desde hace 50 años a la selección y lo han hecho muy mal”, declaró José Ramón Fernández en el programa de Carmen Aristegui ayer por la mañana.
El futbol mexicano, alimentado históricamente por una constante “rumorología”, tuvo desde ayer un día agitado mientras se iba perdiendo la poca seriedad que le quedaba. Tras dos partidos, Víctor Manuel Vucetich dejó de ser entrenador del Tri, y será Miguel Herrera quien se encargue de rescatar un poco de lo ya perdido. Lejos del romanticismo deportivo, de las grandes proezas que provocan historias dignas que contar, el Tri es un producto que durante mucho tiempo ha vendido gracias a la pasión desmedida de sus aficionados. Lo que mueve el futbol en este país, es innegable. Es cuestionable si, las formas o el espacio otorgado en las prioridades nacionales. Tachar como una estupidez ser amante del juego, es un extremo, que el ánimo nacional dependa del futuro de la selección, es otro que prevalece antes, durante y después de cada partido.
En medio de un patético hexagonal, las voces en contra del seleccionado, han pesado más que el ánimo constante de los fieles aficionados. “God Bless America”, se escuchó el martes pasado en televisión nacional en viva voz de Christian Martinoli. El narrador de TV Azteca gritó, con desmedida euforia, el gol del estadounidense Graham Zusi a Panamá que le daba un lugar a México en el repechaje frente a Nueva Zelanda. El futbolista del Sporting Kansas City ha recibido regalos de agradecimiento y hasta alguno lo ha pronunciado santo desde entonces. Inmersos en la mediocridad deportiva, un negocio se tambalea por la poca eficacia de directivos, entrenadores y jugadores. El balompié mexicano, ubicado en el puesto 24 del ranking FIFA, genera ingresos económicos como si fuera una potencia mundial, pero en el escudo de la camiseta no hay ninguna estrella simbolizando algún campeonato del mundo.
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